martes, 11 de agosto de 2009

AMAR Y PERDONAR, COMO SI FUERA ¡LA PRIMERA VEZ!

¿Se han fijado como los niños pequeños olvidan lo que acaba de pasar, casi de inmediato? Un niño que recién aprende a caminar y se cae, llora unos instantes y luego continúa como si nada le hubiera pasado.
La principal cualidad de los niños es que ellos viven en el presente. Para ellos, cada momento es único y diferente, no se la pasan lamentándose por las veces que se han caído, ni se preocupan de que se vayan a caer de nuevo mañana. En cambio, los adultos, permanecemos mas tiempo recordando nuestro pasado, pensando que ojala las cosas hubieran sido de otra manera.

Hace unos días, disfruté viendo una película que se llama “Como si fuera la primera vez”. El argumento gira en torno a una joven que debido a un accidente, pierde la memoria a largo plazo, por lo que solo puede recordar las cosas que le suceden día a día, pues al llegar cada noche, todo lo que vivió lo olvida, y al siguiente día vuelve a vivir de nuevo todo como si fuera la primera vez. Un joven que la conoce, se enamora de ella, pero como ella lo olvida de un día a otro, él tiene que buscar la manera de enamorarla cada día. Así es como el joven se afana diariamente para lograr obtener su amor de una y mil maneras. Hasta que un buen día logra casarse con ella, y tiene que pasarle a ella al despertar cada mañana, un video con la síntesis de su vida juntos.

Pero lo que me hizo reflexionar esta película es que deberíamos aprender a no dar por sentado nada. No creyendo que el pasado existe, y con dificultad para vivir el presente. Cuando le he preguntado a muchas personas en los cursos, ¿qué es lo único que tienen? Casi todas me dicen, que tienen a sus familias, sus bienes materiales, o salud; y entonces yo les contesto: lo único que tienen es ese momento presente. Las parejas que caen en la rutina, es porque día a día hacen lo mismo una y otra vez, como si fueran una grabación. Entonces la clave sería imaginarnos que lo que dimos y dijimos ayer, nunca existió. Y así nos concentraríamos en dar nuestro amor, “solo por hoy”.

Que me dicen de quienes guardan mucho rencor durante años. Repasan una y otra vez, la misma película. Que cada vez que la pasan, les genera nuevamente un sufrimiento. Aquí es donde deberíamos hacer lo mismo que los niños, soltar el dolor y dejarlo atrás. Para irle brindando a nuestro corazón la paz que necesita. Esto también puede aliviar a aquellos que se sienten culpables por haber hecho daño a otros. Observen a un niño que le arrebata un juguete a otro, no se siente culpable por el resto de su infancia por haberlo hecho. En estos casos, hay que olvidar y perdonar.
Así que les sugiero algo para estas hermosas fechas que vienen, amemos con la ilusión de la primera vez! ¡perdonemos con la grandeza del niño, que rápidamente se olvida de la caída o del regaño.
Usen esta alternativa para que vivan más plenamente. Imaginen que cada día se escribe una nueva historia en sus vidas. Que lo lindo y no tanto de ayer, se borró con el viento. Para que nos concentremos en lo que estamos haciendo en este momento. En los pensamientos, sentimientos y acciones de cada momento.

Si algo malo te sucede, piensa en el pequeño que se cae, llora por el raspón en su piernita, se sacude el polvo y se levanta para seguir jugando. Ya no se sienta a lamentarse por su herida. Porque eso, ya quedó atrás.

Recuerda valorar más los momentos que puedes vivir contigo mismo y con los demás. Como decía una vez mi hermano sacerdote, Padre Polo, “hay que aprender a estar, con quien estás”. Lo cual nos permite dar y recibir en cada momento lo único que tenemos, nuestra presencia.

El dolor termina en el presente. El sufrimiento es eterno. Jamás termina.
Así que te sugiero que cada día escribas la primera página, de un libro que jamás tendrá más páginas.
Gracias por disfrutar conmigo este momento.
Gracias también por enviarme sus comentarios que me hacen sentir alegría cuando los artículos les gustan o les han servido.

Me lanzo al ONLINE

Holaaaa... Me da mucho gusto saludarte luego de un buen de tiempo que no pasaba por aquí... Te cuento que este ha sido un año maravi...